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PALABRAS  SOLEMNES

DELEGACIÓN DE VALLADOLID – JUAN ANTONIO GARCÍA ORTEGA

PALABRAS  SOLEMNES

(Disquisición sobre una letra)

Desde que la misa se dice  en castellano, la fórmula habitual  de la consagración del pan: esto es mi Cuerpo,  utiliza el demostrativo en género neutro.

Solamente a un sacerdote, jesuita, he escuchado que emplea, consciente de ello, el demostrativo masculino este es mi Cuerpo. 

¿Qué es lo más apropiado gramaticalmente?

El viejo catecismo Astete, ante una pregunta comprometida, respondía “doctores tiene la Santa Madre Iglesia…”

Preguntemos, pues, a estos sabios doctores. Y qué doctores más sabios que los traductores de la Biblia.

Los pasajes del Nuevo Testamento de los que la liturgia ha tomado las palabras de la Consagración del pan son los siguientes: Mateo 26,26; Marcos14, 22; Lucas 22, 19; y 1ª Corintios 11,24.

La fórmula es prácticamente la misma en todo ellos, tanto en griego: touto estin to soma mou, como en latín : hoc est corpus meum,

No todas las traducciones consultadas mantienen el mismo criterio.

La de Nácar-Colunga (BAC, 1963) salvo en Corintios, la trilingüe del Nuevo Testamento de Bover-O`Callaghan (BAC 2005), la Biblia de Jerusalén (Desclée, 2009) y la de la Editorial Didáctica Color (Buenos Aires, 1980) optan por el demostrativo masculino este. 

Por el contrario, la Biblia de la Conferencia Episcopal (BAC, 2017), la Biblia del pueblo de Alonso Schökel (Verbo divino) y el Nuevo Testamento, de Senén Vidal (Sal Terrae) traducen el pasaje con el demostrativo neutro esto.

Únicamente Nácar-Colunga hacen un comentario sobre el demostrativo, en una nota a pie de página al texto de Mateo: “la fórmula de la consagración es sustancialmente la misma en los tres sinópticos: este es mi cuerpo o esto es mi cuerpo (pues el pronombre griego touto concierta con soma, que es neutro)”.

Lo mismo puede decirse del demostrativo latino hoc  referido al sustantivo corpus, que también es neutro.

Pero en castellano la palabra cuerpo tiene género masculino, puesto que no tenemos nombres neutros, y el demostrativo que se refiera a cuerpo debe ser también masculino: este y no el neutro esto.

Otra razón para el empleo del demostrativo masculino es que las palabras que en la misa preceden a la consagración del pan son: tomad y comed todos de él, con el pronombre masculino él y no con el neutro ello o esto.

Si la justificación para emplear el demostrativo neutro esto fuera que el sustantivo al que se refiere es neutro en griego o en latín, este razonamiento se quiebra en la expresión que el sacerdote dice tras la consagración: este es el sacramento (o misterio) de nuestra fe, pues se emplea el demostrativo masculino, aunque los nombres latinos sacramentum o mysterium tienen género neutro. 

En la consagración del vino: este es el cáliz de mi sangre se usa el demostrativo masculino, el mismo género que tiene en castellano cáliz y en latín calix, pero en griego poterion es neutro.

Los cuatro textos del Nuevo Testamento no utilizan exactamente la misma expresión en la bendición del vino.

Mientras Mateo 26,28 y Marcos 14,24 dicen: esta es mi sangre de la alianza; en Lucas 22,20 y en 1ª Corintios 11,25 leemos: este cáliz es la nueva alianza en mi sangre.

Dos traducciones de las citadas, la Biblia hispanoamericana y el Nuevo Testamento de Senén Vidal, traducen las palabras de Mateo y Marcos así: esto es mi sangre, sin duda porque sangre en griego se dice aima, que tiene género neutro.

En la liturgia de la misa se ha optado por una fórmula mixta de las dos anteriores: este es el caliz de mi sangre.

Una explicación del uso del demostrativo neutro esto en la consagración del pan, podría ser que el pronombre tuviera aquí  un sentido anafórico, es decir, referido a toda la expresión inmediatamente anterior: la partición del pan y el ofrecimiento a sus discípulos.

Pero esta explicación, en cambio, no se aplica en la consagración del vino ni en la frase este es el sacramento….., aunque la construcción gramatical es la misma en los tres casos.

En la expresión que se dice al final de la consagración del vino: haced esto en conmemoración mía, aquí el demostrativo esto tiene sentido anafórico, ya que se refiere a la acción que precede, y, por tanto, es correcto su empleo.

En resumen, parece evidente que, al menos, hay incoherencia en el empleo de los demostrativos en la liturgia de la consagración, en particular con el uso del demostrativo esto.

Por otra parte, el demostrativo neutro tiene cierto matiz despectivo, que no es apropiado en un contexto tan importante, En el habla corriente utilizamos expresiones con la misma estructura, que llevan el demostrativo masculino o femenino: este es mi libro, esta es mi casa, este es mi amigo, esta es mi hermana. Si en estas frases empleáramos el demostrativo neutro, el matiz despectivo sería evidente, especialmente tratándose de personas.

Esta disquisición sobre una letra (este o esto) puede contribuir a prestar atención al momento más solemne de la misa, o a distraerse pensando en el género gramatical de las palabras.

Comento este tema con un sacerdote y me dice que las fórmulas de la consagración del pan y del vino son las oficiales y   obligatorias.

 

Parece que también la gramática con la iglesia ha dado.  
 

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