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LA VUELTA A LA NORMALIDAD

El regreso de las vacaciones, la vuelta al trabajo, la incorporación a las tareas normales de cada uno, este año, será algo diferente a lo habitual. Y ¿Por qué decimos esto? Por más de una razón. En primer lugar las vacaciones, el descanso estival, han sido distintos del de otros años. Lo hemos tomado con más brío, con más entusiasmo, con más ganas que nunca. Y razón para ello no nos faltaba. Después del confinamiento por el COVID 19, todos ardíamos en el deseo de salir pitando de nuestra casa al sitio o lugar de veraneo, para olvidarnos un poco, o todo, de pasadas reclusiones en casa, sin apenas poder salir a la compra o a por el periódico. Eso sí, sin olvidar las medidas de precaución en vigor para evitar que el “maldito virus” se cebe en nosotros.

Todos añoramos, aunque se nos hace algo prematuro, volver a esa normalidad que antes teníamos, de poder salir y entrar a nuestro antojo, de viajar cerca o lejos, a la playa o a la montaña, en España o al extranjero, aprovechando unos días libres o cuando nos diera la gana. Por pura prudencia y a la vista de lo que aún está cayendo, pensamos que hay que aguantar un poco más y esperar a eso que “curiosamente” se le ha llamado “inmunidad de rebaño” que al parecer se consigue cuando casi toda la población está ya inmunizada por haber pasado la enfermedad o por haber completado la pauta de vacunación. (Según las últimas noticias las dos dosis de rigor y una más de recuerdo, o algo así).

El esfuerzo y el empeño de nuestras autoridades sanitarias han sido encomiables y al margen de algún fallo, que siempre los hay, se ha conseguido vacunar a una gran proporción de la población, dando prioridad a los sectores más vulnerables, con lo que el sistema sanitario ha funcionado razonablemente bien, sin que aparecieran las temidas saturaciones en sus diferentes áreas o servicios.

Todo esto, según parece, nos conduce a lo que ha dado en denominarse la “nueva normalidad” que nos permitirá, ya en el otoño, afrontar la vuelta al trabajo y el comienzo del nuevo curso escolar, académico y familiar, con relativa calma y optimismo. Está claro, como decía uno de nuestros responsables gubernamentales, es una tarea de todos, y cada uno de nosotros debemos cumplir nuestro papel, ese que le corresponde al eslabón que representamos en esa cadena. En la medida que así lo hagamos estará el resultado que alcancemos. Esperamos acertar en nuestro cometido y así nuestro objetivo quedará cumplido: El Covid dejará de ser una amenaza, será solo un mal recuerdo. Y nosotros, el pueblo, volveremos a la normalidad.
¡Qué así sea!