EL REGRESO A LA NORMALIDAD
La vuelta, el regreso, la “reentré”, que dicen los franceses, todo cuando llega este mes de octubre, nos dice que tenemos que volver a lo anterior, a la rutina diaria. A madrugar, a correr para coger ese tren o autobús que nos lleva a nuestro lugar de trabajo, allí donde estaremos un montón de horas haciendo las tareas que nos encomienden, nos gusten o no y, si tenemos suerte, aquellas creativas que más nos ilusionan: escribir a los amigos, a la familia y si ya lo que hacemos es para un medio de comunicación, hablado o escrito, llegamos al “sumun” de nuestras aspiraciones.
Antes se decía que las vacaciones terminaban con el mes de agosto pero ahora todo el que puede las prolonga hasta bien entrado septiembre y los más afortunados hasta finales de dicho mes. Por eso ahora octubre es el mes de la “reentré”, es cuando la mayor parte de la gente más simpática da por terminadas sus vacaciones y se prepara para esa “vuelta a la normalidad”. También empiezan los “coles” y tras los exámenes de repesca de septiembre, comienzan los cursos en la Universidad.
Se acabó lo bueno, ahora viene lo de siempre: madrugar, trabajar, el breve paréntesis del almuerzo, vuelta al trabajo, a veces hasta las tantas, regreso a casa, la cena familiar, casi siempre con la “tele” puesta para no perderse las últimas noticias, a veces un último y breve paseo nocturno, en especial si hay perro en casa, al que hay que sacar para que alivie sus necesidades y a la cama hasta el día siguiente. Es la vida, lo que nos hemos preparado en esta época, ni peor ni mejor, creo yo, que en otros tiempos pasados y lo que, con ligeras variantes, esperemos que no a peor, tengamos en tiempos venideros. Pero el ser humano es creativo, inteligente e imaginativo y gracias a eso, sabemos revestir la rutina diaria con mil y un matices que nos la hacen ver y sentir, cada día, distinta, más alegre, risueña y colorista que la de ayer o antes de ayer. Y eso es lo que nos permite afrontar cada día, con entusiasmo y a veces, por qué no decirlo, con resignación, todo lo que nos depare el destino, bueno o malo, a lo largo de sus veinticuatro horas.
Pues eso amigos, no tenemos ninguna razón para suponer que el mañana será peor que el hoy, más bien lo contrario. Mañana tendré más experiencia que hoy, por lo que estaré en mejores condiciones para afrontar y resolver cualquier situación que se presente por adversa que esta sea. Confianza, eso es lo importante, confiar en nosotros mismos, que ya hemos vivido muchos años y lo sabemos o creemos saberlo, casi todo. Y recordar aquel dicho: “Mas sabe el diablo por viejo que por diablo”.
LA DIGITALIZACIÓN DE LOS MAYORES
Es un hecho que este mundo es cada vez más digital, o lo que es lo mismo, que si no sabes de ordenadores, tabletas y móviles estarás cada vez más perdido. Uno comprende que los avances técnicos son imparables y que muchas veces, no siempre, estos avances suponen un alivio para muchas de las necesidades de la vida diaria. Pero para nosotros, que ya hace años que peinamos canas, se nos hace muy cuesta arriba y por eso pedimos un respiro.
Pues bien, nosotros, los socios y simpatizantes de esta Hermandad de Jubilados, estamos de enhorabuena. Y ¿por qué lo digo? Porque ya estamos preparando un plan de acción para mejorar los conocimientos y prácticas de informática de todos los que lo deseen. Pronto anunciaremos las actividades a las que podréis apuntaros para ampliar vuestros conocimientos y manejar con soltura los vericuetos de la informática. Os esperamos.